23.2.06

UN HOMBRE GRANDE (CLOTARIO BLEST)

“Quizás muchos no imaginaban que aquel andrajoso hombre que circulaba por las céntricas calles de la capital, ataviado con un mameluco desteñido y una frondosa barba, que cubría su larga cabellera blanca con un yoqui negro, era uno de los más connotados chilenos de este siglo.Poseía unos tranquilos ojos azules. Era delgado y de baja estatura. Se alimentaba sólo de frutas y de tubérculos. No bebía más que agua, excepcionalmente leche. Se acostaba en una destartalada cama de bronce, encima de una maraña de lana de fibra, que en algún momento fue un colchón. Dormía poco pero en cambio trabajaba sin cesar. Su cuerpo parecía no contar. Su nombre era Clotario Blest.” http://www.clotarioblest.org( El Canelo. Noviembre 1992).
Lo conocí en los años duros de la Dictadura en un atestado acto en la Parroquia de Viña, cuando era casi una necesidad existencial el que hombres sabios nos hablaran más allá de la verdad oficial. Su presencia era casi mágica, ese pequeño hombre irradiaba energía, convicción y un gran compromiso con los desvalidos y con su patria. Que le importaba él y su seguridad, si su trabajo podía lograr que se recuperara la democracia, se restituyera la verdad y la justicia.
Católico de profundas convicciones, desde muy joven demostró su compromiso con las causas justas. Renunció, en mutuo acuerdo con su novia , a formar su propia familia para consagrarse a la causa social del cristianismo.
Empleado Público, funcionario de la Tesorería de la República. Muy temprano en su vida organizó el grupo “El Surco”, que tenía como propósito organizar a los trabajadores.
Ya en 1919 fue expulsado del Seminario de Santiago, por encabezar una protesta estudiantil. Mientras trabajaba, se dio el tiempo para estudiar (Química en la Universidad Popular de Quinta Normal y Leyes en la Universidad Católica), estaba convencido que ésta era la forma de ayudar al proletariado de forma más eficiente. En los años 30, siguiendo a su guía espiritual, el cura Jesuita Fernando Vives, creó varias organizaciones laicas que fueron el germen de los vientos de la Teología de la Liberación. Fomentando el deporte, logró que los trabajadores fiscales pudiesen organizarse, germen de la ANEF, de la que fue su fundador. Tras largas luchas en defensa de los derechos de los trabajadores y las masas desposeídas, en 1953, logró consolidar el movimiento de los trabajadores en la emblemática CUT.
Golpizas, cárcel, relegaciones y persecución permanente fue el pago que recibió por su lucha consecuente. Los partidos de izquierda lo presionan a renunciar a la Presidencia de la CUT, la eterna ceguera privó al movimiento sindical chileno de un Líder de verdad.
Marginado por los que creían saber, don Clota se unió a grupos revolucionarios, llegando a crear la llamada “Iglesia Joven”, acompañado por laicos, sacerdotes y religiosas.
Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, junto a estudiantes, obreros y profesionales creó el Comité de Defensa de los Derechos Humanos (CODEH – 1970), con el fin de denunciar y sensibilizar a la opinión pública frente a la represión desatada, siempre optando por la vía no violenta.
Durante el Gobierno de Allende, trató de generar todas las alertas posibles sobre el rumbo violentista que estaba tomando nuestra sociedad, está de más decir que muy pocos lo escucharon.
Ya anciano, pero con la nobleza de los grandes hombres, apoyado en su enorme consecuencia de vida, asume la vía no violenta de la lucha contra la criminal dictadura fascista de Pinochet y asociados. Cárceles, parroquias, calles y cuanto espacio fuera útil, fueron el escenario de Don Clota para convocar, exigir, denunciar y luchar por un Chile de nuevos aires, en donde el diálogo fuera la base para construir esa sociedad que en esos días anhelábamos, de la cual muchos adolescentes como yo, ni siquiera habíamos tenido oportunidad de imaginar.
Don Clotario murió a sólo dos meses de recuperada la democracia por la que tanto luchó, tenía 90 años y estaba solo, acompañado de sus convicciones, de su compromiso.
Sobre el Cristianismo y los cristianos, dijo: “Soy un convencido de que el amor es el gran motor del mundo y pienso que si el socialismo no es amor, entonces no es socialismo.” … “Pienso que cualquier hombre que ame a su prójimo también es un cristiano intuitivo.”
Sobre la Unidad Sindical dijo: “ No podrá hacerse solidamente mientras no cambien los factores morales, sobre la base de la doctrina de Cristo, Gandhi y Luther King. No es, por tanto, por culpa del Poder que el movimiento de los trabajadores sufra de grandes desalientos, sino por falta de ellos al carecer de una doctrina moral.”
“ Mi único norte, como cristiano, es luchar permanentemente por los más pobres, los explotados, los perseguidos, los angustiados.”
En las últimas etapas de su larga vida, acrecentó su fe en los jóvenes, diciendo que la juventud “ es admirable…tiene ideales y concepciones de valentía, honestidad y justicia…en sus almas está gestándose el hombre nuevo que en definitiva va a construir la nueva sociedad”.
Con el susto eterno de aquellos días (1979), salimos del salón parroquial, inflados por nuevos aires, movidos por nueva energía, impulsados por ese pequeño Gran Hombre. Ningún susto sería capaz de detenernos, habíamos escuchado y compartido con un gran líder, de esos que hoy nos hacen falta.
¿Qué seria del declarado Humanismo Cristiano sin cristianos y Humanistas como nuestro Clotario? - ¿qué sería del Humanismo Cristiano, con estos prepotentes constructores de plásticos, que por el sólo hecho de haber sido hijos de quien son, pretenden que lo de humanista se les herede y puedan pontificar y descalificar? - ¿Qué dirá Don Clota?.
Cristián Rojo DíazProfesor.

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